¿Será Lisboa la 1º ciudad del mundo sin hambre ni desperdicios alimentarios?
Deolinda se quejaba en esta canción de las múltilpes excusas que ponen las personas para darle la vuelta a este mundo en el que vivimos, que si ahora no, que si me duele la barriga, que si llueve, que si juega el Benfica.
Pero como también dice la canción, hay gente que siente el optimismo y que es el momento de ponerse el frente; y esto es lo que están haciendo un grupo de voluntarios: Imaginar uma cidade sem desperdício alimentar e sem fame, ese es el lema del proyecto Re-food. Conseguir que Lisboa sea la primera ciudad del mundo sin hambre ni desperdicios alimentarios,
El procedimiento es simple, recoger los desperdicios alimentarios de bares, restaurantes y supermercados y repartirlos entre aquellas personas que más lo neceisten. Trabajan con voluntarios y gracias a su trabajo ya han llegado a 133 familias. Buscan replicar el proyecto Re-food a más ciudades.
Reusar los desperdicios alimentarios, que estos puedan entrar de nuevo en la cadena alimentaria, y facilitar la comida a quienes lo necesitan son los objetivos, pero también el de despertar conciencias ante un sistema que genera grandes desigualdades, en el que mientras unos desperdician una serie de productos, otros no tienen ni para comer, ¿acaso este sistema tiene sentido?
Para ser conscientes de la situación en la que nos encontramos, según la FAO sobre 90 millones de toneladas de alimentos son desperdiciados anualmente, sobre 180 kg por persona al año en Europa. Es decir un tercio de los alimentos destinados a los seres humanos son desperdiciados globalmente.
Llegará un momento en el que nos tengamos que poner como objetivo ser un mundo sin desperdicios, ni hambre, pero mucho que habrá que cambiar, nuestra máscara de inmoralidad tendrá que desaparecer algún día, no quedará más remedio.
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